Una idea es como un virus: puede vivir en reposo, seguir contagiando y activarse el día menos esperado. Pensamos ideas que vivan en otros.
Las narrativas fuertes están apoyadas en conceptos sólidos y bien articulados. Convertimos ideas sueltas en un mapa de conceptos.
La mejor forma de motivar a alguien es encontrar aquello que quiere creer. Modelamos cada objetivo mediante arquetipos de audiencia.
Tenemos poco tiempo y espacio para contar lo que necesitamos que sepan. Concentramos la comunicación desde una caja de mensaje.
Vivimos rodeados de tanta información que lo importante ya no es cuánta tenemos, sino qué hacemos con ella. Identificamos lo que sirve para decidir.
Tener metas es condición necesaria, pero no suficiente. Para hacer que suceda necesitamos un plan. Construimos el futuro desde hoy.